Creo que ya es hora de que sepas que has significado muchísimo para mí. No creas que estoy orgullosa de decirlo (porque no es así), pero es cierto. Me enseñaste a quererte tanto que me dolía. Tanto que mi corazón perdió el compás porque necesitaba seguir al tuyo. A quererte tanto que te soñaba todas las noches porque sabía que cuando despertara ya no me pertenecerías.
He llegado a quererte tanto que hasta te he odiado. Te he odiado por no dejar que me olvide de ti. Porque nunca me dijiste si me querías o me necesitabas. Te he odiado por mirarme y no tener el valor de decirme nada. Pero sobretodo te he odiado porque no he podido odiarte ni un poquito…
No llego a entender el significado de esas miradas cuando nos cruzamos ya sea de casualidad o por cuestiones del dichoso destino. No quiero pensar si quieres decirme con la mirada lo que con la voz no puedes y sin embargo, en cuanto mi retina percibe tu imagen, mi cerebro reconoce que se trata de ti y tarda poco en relacionarte con ideas que se van enlazando hasta crear algún recuerdo de ambos. Entonces, mi imaginación echa a volar imparable, como una máquina antigua de vídeo con el botón de pausa estropeado.
Cuando te fuiste podrías haberme avisado de que habías grabado tu nombre en lo más profunado de mi ser, porque desde entonces todo mi cuerpo se estremece al escuchar tu nombre, y lo peor de todo es que aún sabiendo que nada volvería a ser como entonces, todas ellas te siguen echando de menos.
Cuando te fuiste te llevaste mi inocencia y todas mis ganas de amar. Ya no recuerdo qué se siente cuando te dan un beso cálido, cuando te acarician con ternura, cuando te dirigen una sonrisa sincera o una simple mirada.
Cuando te fuiste me dejaste con un puñado de besos en mi piel y cientos de recuerdos que sólo me sirven para recordarte y que me duela más.
Dicen que a medida que pasa el tiempo, el dolor del desamor desaparece. Pero yo creo que me he acostumbrado a que mis entrañas giman cada vez que el viento susurra tu nombre, a que mi corazón ande perdido y a que cada parte de mi cuerpo muera por una simple caricia tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario