martes, 8 de noviembre de 2011

Cada vez que me besen el ombligo, me acordaré de tu locura; que en alguna ocasión se quedó estancada entre sus paredes...
Tu inocencia se perdió mientras matábamos el tiempo besándonos en los recovecos más insólitos y desconocidos de nuestros cuerpos...
Las buenas sensaciones son las que te hacen vibrar... Porque digan lo que digan, lo mejor no lo compra el dinero.